Vamos tirando...¿no?

Mitad de semana, la empezada rara en un lunes 14 de febrero, día mundial de los enamorados, pero más reconocible como día de resaca goyística. Gran resaca, puesto que la noche anterior había estado tumbada en el sofá aguantándome la cabeza con una mano y los ojos con pinzas para aguantar los supuestamente graciosos gags del amigo Buenafuente y los también supuestamente bien repartidos premios de la Academia del cine español. No creo que podamos decir que no había cualidad en las grandes candidatas, pues cada vez más me sorprendo positivamente al ir al cine a ver películas nacionales, pero es evidente que ciertos intereses ajenos a la cinefilia había detrás de tal repartición de ganadores. Como catalana que soy empecé viendo la gala pensando que "Pa Negre" no ganaría ni uno solo, por el tema de la lengua y los impresionantes egos que hay en este país. Aluciné. Quizás tampoco hacía falta pasarse tanto para sorprender al público, pues algunas de las grandes perdedoras no se merecían serlo. No sé si detrás del gran desprecio a la magnifica película de Iciar Bollaín había algún interés más, pero es evidente que se merecía el premio al mejor guión, a mejor película y si ya apuramos, a mejor dirección. Es solo la opinión de una mera espectadora que no acabó de entender lo que pasó en las últimas horas de una semana que acabaría siendo rara, para iniciar una que lo sería todavía más. Por suerte, al compartir comentarios con mis compañeros me dí cuenta que no fui la única que tachó a la gala de decadente, lenta y aburrida. Me parece muy bien que no les corten los discursos de agradecimiento a los ganadores, pero que busquen alguna solución educada y adecuada para reducirlos, que si, que todos tenemos una madre a la que queremos mucho.